Venezuela, ante los ojos del mundo entero siempre fue conocida y caracterizada por la belleza de sus mujeres y por el petróleo. Actualmente es conocida por los destacados titulares de los tabloides y cadenas de radio y televisión Internacionales, (además de “las mujeres bellas”), por la cooperación financiera que presta el Gobierno de Venezuela a Cuba, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina, Nicaragua, Islas del Caribe, Países Sudafricanos, entre otros Estados. E incluso, es conocido en la prensa Internacional por las desventajosas relaciones comerciales con Brasil, Rusia, España, Irán, Bielorrusia, China. Países altamente beneficiados en Tratados y Acuerdos Internacionales suscritos por Venezuela.
Venezuela se ha convertido en un país altamente importador de alimentos, materia prima y tecnología. Debe ser, infiero, porque es más rentable (para alguien) importar, que apoyar la producción nacional. ¿Acaso esto tiene sentido?, cuando la lectura del escenario socio económico y político nos refleja una inflación que galopa a pasos de vencedores, cuando no existe eficiencia ni efectividad en los servicios públicos -sobre todo en el caótico servicio eléctrico-, cuando adquirir una vivienda o un vehículo es altamente difícil y costoso, ¡ah! y el alto casto de la vida que afecta de manera exacerbada la calidad de vida de nosotros los Venezolanos.
En los últimos días, hemos observado cierre de bancos, cierre de casas de cambio, expropiaciones, las cuales superan la tolerancia del venezolano. En el Municipio San Francisco del estado Zulia, hasta un cementerio fue expropiado, los ciudadanos hay veces que nos sentimos atropellados y agobiados ante tanta incertidumbre. Y reflexiono al respecto, ¿no sería mejor escuchar propuestas para salir de la crisis?, en lugar de que los sectores influyentes y actores sociales, tanto del gobierno como la mal llamada “oposición”, se la pasen criticándose entre sí.
Hace tan sólo 10 días se instaló el Consejo Federal de Gobierno, grandiosa oportunidad para darle al país un real funcionamiento de las políticas públicas, y la concertación entre todos los sectores y actores de la sociedad para un proyecto de país. Es cierto que tenemos diferencias de ideas, pero tenemos una coincidencia, además de ser venezolanos, todos queremos vivir en armonía y mucho mejor.
Un buen gobernante, se rodea de los expertos, los más preparados académicamente y capaces hombres y mujeres; busca la apertura económica y planifica eficiente, eficaz y efectivamente su gobierno. Desde principio del año 2010, hemos escuchado que el problema de la ininterrumpida suspensión del servicio eléctrico era el fenómeno del “niño”, que tenía seco el “Gury”. Discurso que se agotó meses más tarde. 05 meses después, ya no hay “niño” pero siguen los problemas y la falta de respuesta oportuna por parte del Gobierno para atenderlo., que según los expertos en materia eléctrica, se debe a la falta de inversión y de un equipo de alto desempeño.
Actualmente todos los estados del país, a excepción de la “Gran Caracas”, sufren de los apagones diarios que nos están afectando directamente en nuestra calidad de vida, además de nuestros presupuestos, tanto familiares como empresariales. Hecho, que en el caso del estado Zulia, es exacerbante y molesta la suspensión del servicio eléctrico, cuando las temperaturas oscilan sobre los 38 grados centígrados.
Ahora bien, ¿qué tienen en especial los habitantes de la Gran Caracas, que solo se les cortó el suministro eléctrico durante un día, desde que inicio el racionamiento? Lo especial que tienen es que ejercieron su legítimo derecho a manifestar su descontento, hubo movilización y organización tanto comunitaria como institucional, lo que provocó acciones inmediatas en el Gobierno.
En Venezuela no pueden haber ciudadanos de “Primera” y ciudadanos de “Segunda”, ¿en donde se encuentran los defensores de la descentralización?, yo les aseguro que en la residencia oficial de los Gobernadores y Alcaldes no se les va la luz. ¿Y Cómo?, con el dinero de todos nosotros deben tener “mollejuas” y potentes plantas eléctricas. ¿Dónde queda la real defensa del Estado?.
Queridos lectores, no podemos ser conformistas ni acostumbrarnos a no encontrar los productos de la cesta básica, a que nos atraquen, a que el dinero nos alcance cada día menos, a no poder tener un trabajo digno, a que algunos funcionarios públicos se burlen de nosotros, a no tener servicios públicos, a no tener vivienda, a no tener un buen vehículo, a que nos sigan engañando.
Como expresó Facundo Cabral “Ser rico no es malo, malo es no serlo”. Es hora de pensar en los nuestros y en las generaciones de relevo. Es posible que con estas líneas se pregunten, ¿qué estoy haciendo yo?, les aseguro que mucho más que escribir estas reflexiones.
Mientras los buenos callan, los malos seguirán gobernando. ¡Ah! y por último, ¿Presidente a qué hora se le va la Luz?
Jesús Castillo Molleda (Profesor Universitario, Politólogo, Locutor)
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