Recientemente, tuve la oportunidad de participar en un estudio para evaluar el comportamiento del personal, obrero, administrativo y gerencial de una empresa de alta trayectoria en nuestro país, donde el principal problema eran los altos conflictos existentes en las líneas de mandos y metas propuestas. Iniciamos las entrevistas respectivas, al personal y departamentos elegidos, lo hicimos simultáneamente en los 05 Estados más importantes del país, donde la empresa tiene oficinas y personal. Nuestro equipo de psicólogos en corto tiempo identifica el clima organizacional que impera en la organización, determinando las causas del problema y al terminar el estudio todo quedó claro, dada la existencia de relaciones amorosas entre miembros de la empresa, en diferentes niveles de jerarquía.
La organización Internacional del Trabajo en distintos estudios que ha realizado en América y Europa, proyectan que el 33% de despidos son por relaciones amorosas mal manejadas, en Venezuela, aunque no únicamente por razones de relaciones amorosas en las empresas, 08 de cada diez divorcios son por causa de infidelidad. La empresa en estudio presentaba serios inconvenientes debido de que había personal secretarial que manifestaba que en algún momento miembros del tren ejecutivo de la empresa le habían insinuado tener relaciones, las que se negaban en muchos de los casos eran despedidas o movidas a otros departamentos. Otro problema que se presentaba era que equipos de trabajo de alto nivel habían sido disueltos debido a que el director mantenía una relación con algún miembro del equipo de mando inferior el cual quería mandar más que todos, sin tener el cargo pero sí la etiqueta de mantener una relación con el jefe de todos los miembros del equipo.
De igual manera, información confidencial se filtraba debido a que algunos miembros de la organización le contaban todo a sus parejas, las que mantenían dentro de la empresa. El ausentismo laboral fue otro indicador arrojado, por problemas de pareja y no por problemas laborales. Un alto descuido y pérdida de tiempo en proyectos emprendidos por los conflictos existentes. Las relaciones amorosas eran múltiples, directores con secretarias, mensajeros con recepcionistas, jefe de compras con directora de contraloría, vicepresidente con trabajadora de limpieza, pasantes con jefes inmediatos, choferes con jefes asignados, entre otros. La seducción en algunos casos era propuesta por hombre a mujer, mujer a hombre, hombre a hombre, mujer a mujer.
El sexo en el trabajo mal manejado puede poner en peligro el sano equilibrio laboral, los proyectos de la organización, e inclusive puede contribuir al cierre de la misma. Muchas empresas obligan a sus empleados a firmar contratos que estipulen que si mantienen relación con alguien dentro de la organización y no lo informan, de ser descubiertos, inmediatamente son despedidos. Lo cierto es que al final del estudio, todos sabían de las relaciones existentes pero lo mejor era hacerse los desinformados. Estamos en presencia de unos de los problemas laborales más frecuentes, pero que muchas organizaciones quizás no le toman tanta importancia hasta que realmente se convierte en una amenaza a los intereses de la organización, sin contar los casos de acoso sexual que se puedan presentar. El sexo en la empresa seguirá presente solo se debe manejar con prudencia, y sobre todo tener más cuidado cuando estas relaciones se tornan con intereses de querer alcanzar ascensos, mejores salarios, aprovechando las virtudes del interesado, las tentaciones y debilidades del que ocupa mejor posición en la empresa. No siempre el más bonito le gana al más feo, en la sexualidad triunfa el que sabe vender mejor sus atributos.
jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com
Jesús Castillo Molleda (Profesor Universitario, Politólogo, Locutor).
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