lunes, 11 de abril de 2011

“COLABOREN, ESTO ES UN ATRACO”

Una tarde, me encontraba reparando un caucho de mi camioneta en una cauchera de la avenida bella vista, cuando me disponía a pagar el costo de la reparación, sentí un empujón en el lado izquierdo de mi cuerpo y la voz de un joven con un arma en la mano informándome que colaborara porque era un atraco, que le entregara las llaves de la camioneta, que me montara y colaborara con su amigo, un tercer hombre despojo de celulares, carteras, y joyas a todas las personas que se encontraban en la cauchera. Luego de un paseo de 35 minutos lleno de constantes amenazas, decidieron bajarme en la avenida la limpia dándome instrucciones, que no mirara para atrás y no llamara a la policía que a pesar que me quitaron mi celular, computadora, billetera, cédula y demás documentos personales, ellos se comunicarían conmigo para el respectivo rescate.

Este es el pan diario de cada día, en un estudio realizado a personas que visitan los 05 principales centro comerciales de la ciudad en un universo encuestado de 467 personas, 07 de cada diez contestaron que habían sido atracados, al preguntarle en que sitios las repuestas fueron múltiples, en la panadería, en un taxi, en la universidad, en frente de su casa, en una funeraria, en el estacionamiento de un centro comercial, en un restaurante, en la salida de un banco, en el semáforo esperando el cambio de luz, en una iglesia, en un autobús de rutas urbanas y extra – urbanas, en una farmacia, en un depósito de licores, en la sala de espera de un consultorio médico, en el trabajo, haciendo ejercicios, en una venta de repuestos, en un hotel, en una venta de celulares, en una tintorería, en un carro por puesto, en un auto lavado, en una estación de servicios , saliendo de un teatro, en el estacionamiento de un centro de salud público y privado, en un centro nocturno, en un parque de diversiones, en un estadio, en un salón de belleza o barbería, saliendo de un programa de radio y tv, en una librería, en un local comercial, en una feria de comida, en un cajero automático. Éstas, fueron las más mencionadas.

Al preguntarle que si habían sido robados y dónde, las repuestas más frecuentes son sí, y los lugares con mayor frecuencia, viviendas, locales comerciales y vehículos. La delincuencia organizada o no organizada, beneficiándose de la alta impunidad, corrupción e incompetencia de los cuerpos de seguridad, alto costo de la vida, poca oportunidad de empleo digno, inflación, justifica su acción, y en muchos casos, le cobra la vida a miles de padres, madres e hijos inocentes.

El pago de vacunas, contratación de vigilancia privada, cercos eléctricos, cámaras de seguridad, compra de armas con permiso o sin permiso, vehículos blindados, sistemas de GPS, formación en áreas de defensa personal y organización ciudadana, son unos de los mecanismos de defensa que los ciudadanos demandan para sobrevivir, en lo más parecido, al antiguo oeste.

Muchas vidas se pierden en un atraco, secuestro. La vida ha perdido valor. Hoy en día matan por tener y también matan por no tener, si luego de un atraco quedas vivo, realmente es una tragedia, porque te quitan lo que tanto te ha costado ganar, y luego, como si fuese poco tienes que cambiar las cerraduras de las casas porque se llevaron las llaves, sacar la cédula de identidad, licencia, carta médica, suspender todo documento bancario, pagar rescate, realmente esta consecuencia se convierte en otro problema adicional. Y si el atraco es de dinero, y se lo hacen a un motorizado, o a un chofer de camión, de quienes generalmente no es el dinero si no de la empresa de la cual trabajan, el problema es mayor. Sin contar las pérdidas de vidas por defender hasta un celular. En tanta indefensión solo nos queda encomendarnos a Dios y recordar que quien nos atraca o roba, esta quizás más asustado y nervioso que nosotros, así que debemos COLABORAR PORQUE ESTO ES UN ATRACO.

jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com

Jesús Castillo Molleda (Profesor Universitario, Politólogo, Locutor)

No hay comentarios:

Publicar un comentario