En las últimas 08 semanas, por una solicitud hecha por un seguidor de esta columna, me dediqué a visitar a un pastor evangélico, un testigo de Jehová, un mormón, un sacerdote, un judío y un ateo, para que cada uno de ellos me comentara su punto de vista sobre lo que nos ocurre al morir. Cada uno de ellos, de manera responsable, desarrolló sus ideas con respecto a la muerte, argumentando cada detalle e inclusive expusieron sus experiencias desarrolladas a lo largo de su vida.
Luego de escuchar los diferentes puntos de vista, y algunas lecturas realizadas, puedo generar algunas consideraciones. La vida es una virtud, donde no todos los que nacen tendrán las mismas oportunidades. Al momento de nacer no elegimos nuestros padres, sexo, lugar de nacimiento, idioma a desarrollar, ser pobre o rico, ni nombres, y el nacer primero no significa que muere primero.
La muerte se considera, para algunos, el final de la vida, para otros, el inicio de la verdadera vida. Muchos afirman que el día de nuestra muerte está escrito, que venimos de una reencarnación, que si se muere en un terremoto, tsunami, accidente aéreo, accidente colectivo, explosiones, guerras, epidemias, donde mueren muchos a la vez, es lo que les preparaba el destino. Otros, consideran que la muerte es el verdadero paso al paraíso, o que para vivir con sufrimiento, sin éxito, sin familia, enfermos, es mejor morir. Esto quiere decir que ven la muerte como una solución.
No hay mucha explicación coherente sobre el por qué mueren recién nacidos, niños y personas en hechos realmente llenos de crueldad y de criminalidad sorprendente, se dice que esas personas que cometen esos hechos están poseídos por un demonio o el diablo. Allí entra otro tema en discusión, que si al morir se va al cielo o al infierno. Se considera que los seres vivos que visitan a sus seres queridos, que murieron, en cementerios, realmente no tiene lógica porque ahí solo permanece el cuerpo y no alma.
Investigadores de esta materia, que han logrado conversar con personas que han experimentado la muerte, hablamos de personas que han permanecido en coma, inconsciente, han sufrido ataques cardiovasculares, cerebrales, asfixia, entre otros y han vuelto a vivir, expresan que estas personas dicen, en su gran mayoría, que han visto un túnel con mucha luz, que han visto a sus seres queridos que ya habían muerto, que realmente ese es el túnel del cielo.
Realmente muchas dudas quedan sobre personas que han experimentado presencia de espíritus y apariciones, de cómo personas que mueren sus almas siguen en la tierra. Es importante resaltar que cada uno de nosotros, algún día, moriremos y aunque generalmente no queramos enfrentar estos temas, lo interesante es que disfrutemos a nuestros seres queridos en vida, dándole lo mejor de nosotros, expresando nuestros sentimientos y dándole el valor real, que la mejor manera de no olvidar a nuestros seres queridos, que ya no están, es recordándolos por sus acciones y buenos momentos.
Mi reflexión final es que si no queremos que nos olviden, debemos dejar legados de vida, enseñanzas y buenas acciones, de que si hay vida después de la muerte, no esperemos ese momento para saberlo, vivamos sin complejos y con respeto, y según nuestras creencias y enseñanzas, cada quien ya sabrá su repuesta. “Cuando vivimos el mundo funciona un poco mejor, cuando morimos el mundo sigue funcionando”.
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@castillomolleda
Jesús Castillo Molleda (Profesor Universitario, Politólogo, Locutor)
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