Hace pocos días, conversando con una gran amiga y colega, reflexionamos cómo en nuestro sistema se excluye y autoexcluyen a las personas mayores de 60 años. Analizando un poco las estadísticas mundiales sobre la mano de obra utilizada en países industrializados, miembros del Grupo de los siete, sobre el capital humano para la productividad, para la investigación y desarrollo, es impresionante saber que los niveles productivos activos de un ser humano se miden prácticamente hasta que la persona decida retirarse o que por razones de salud tenga que hacerlo, los conocimientos y la experiencia de esas personas son ampliamente aprovechados por las nuevas generaciones.
En nuestra sociedad cuando una persona cumple entre 55 y 60 años, ya busca la manera de jubilarse, de lograrlo, le cuesta seguir estando activo, eso pasa regularmente con los que han trabajado para la administración pública, empresas privadas, universidades o cualquier otro trabajo estable, muy al contrario de aquellos que han trabajado por su cuenta la mayor parte de su vida, ya que este tipo de personas tienen otro tipo de actitud, son productivos hasta que la salud se los permita.
Después de haber pasado toda una vida invirtiendo horas laborales, académicas, de investigación y desarrollo que les permitieron tener múltiples conocimientos, no seria muy provechoso dejar todo a un lado. La mayoría de las personas que deciden seguir siendo productivas después de los 60 años coinciden en que mientras se tenga salud hay que aprovechar, que para que descansar, nos queda el momento en que nos toque morir, allí descansaremos eternamente. Que se puede planificar tener mas tiempo para lo que a cada quien le gusta, que al pasar mucho tiempo sin hacer nada activa la mente se ocupa en pensar tonterías, que en la familia deben verlo como una solución y no como un problema, que los nietos son como haber tenido hijos de nuevo, que para las ideas no hay edades sólo estar actualizado, que aunque se tenga más miedo a fracasar, con el mito de que ya no hay mucho tiempo para volverse a levantar, hay que arriesgar, que si la sexualidad se pierde la ciencia médica tiene alternativas para ello, y finalmente, que hay que aprovechar todo lo que se pueda, mientras se pueda.
Es importante no ponernos barreras, la experiencia es la que vale y cada quien debe saber hasta donde es capaz de llegar, aunque hay muchas personas de todas las edades que frecuentemente se ponen excusas para no hacer cosas extraordinarias. Debemos tomar en cuenta que si Dios nos permite llegar a tener vida, hasta que seamos lúcidos, el compromiso es seguir aportando todo el aprendizaje. Si usted es una de esas personas que a todo lo maduro le llama viejo, nunca olvide que es probable que usted también llegue a serlo.
Para no Morir antes de Morir, deben vivir y dejar vivir, deben disfrutar de lo poco o mucho que tengan, deben acercarse a Dios, deben unir a la familia, deben cuidar la alimentación y salud, deben celebrar todos los días que tienen un día más y deben sentirse útiles para todo.
E mail: jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com
Jesús Castillo Molleda (Profesor Universitario, Politólogo, Locutor)
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