En los últimos años, en Venezuela, hemos visto como la política ya no es de debate, ni de propuestas. Tal es la poca empatía que nos es difícil encontrar a miembros de partidos políticos realmente convencidos de los procesos ideológicos y doctrinas del partido en el cual militan. En los actuales momentos es muy fácil pasearse por diferentes organizaciones, es decir, hoy soy Adeco, mañana COPEYANO, si no me fue bien, me voy a Primero Justicia, pero luego soy de UNT, aunque la mejor oferta me la dio el PSUV, y ahora soy patrullero. Todo depende del que me dé más. Así están las cosas.
Ahora bien, este fenómeno no es nuevo, antes era el Bipartidismo, ahora es la Polarización. Lamentablemente no hay posibilidades para las alternativas intermedias, que son las que han presentado propuestas serias para disminuir la inflación, bajar los índices de inseguridad, mejorar los servicios públicos, reducir la pobreza extrema, aumentar el número de viviendas populares, mejorar la calidad de atención a los ciudadanos. Estas propuestas, no las compra el elector si el candidato no es representado por partidos del gobierno o la oposición. Es posible que estemos volviendo a la época de quien da más. La situación económica del país facilita la práctica política de bajo nivel, con dos laminas de zinc, una bolsa de comida, una beca, un micro crédito, conquisto electores, y quien tenga más electores sencillamente cobra más.
Así que la política esta mercantilizada, se apuesta no al mejor político, gerente o candidato, sino al que me dé lo que deseo. Si hay mucha impunidad y la sanción no existe, las convicciones se convierten en bolívares, entonces la política se convirtió en un gran negocio. Al escuchar a la clase política venezolana representada en Concejales, Diputados de los Consejos Legislativos Regionales, Alcaldes, Gobernadores, Diputados a la Asamblea Nacional, Ministros, funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno, prometiendo hasta viajes a la luna, entendemos rápidamente que las políticas públicas se convirtieron en vender algo, que aunque es imposible hacerlo, el elector o se lo cree, o en la mayoría de los casos, hace que se lo cree, para conseguir sus logros.
El negocio de la política, no es exclusivo para los dirigentes y funcionarios gubernamentales, también lo es para el ciudadano de a pie, quien ha aprendido que con colocarse una franela, Azul, Roja, Amarilla, Verde, Blanca, Anaranjada, Azul con Blanco, Morada y expresar la frase “Yo estoy Contigo”, puede conseguir un trabajito, una beca, una lavadora, un televisor, un mercadito, un tanque de agua, un cupo en la Universidad, unos realitos para el consejo comunal, un taxi financiado, un autobús, un micro crédito, una casita, un BlackBerry; aunque en muchos casos, la necesidad los obliga a cambiarse el color de la franela para conseguir un tratamiento médico, una operación, una silla de ruedas, entre tantas cosas que la mayoría de los ciudadanos necesitan para sobrevivir en un país donde cada día es más difícil lograr calidad de vida digna. Para el gobernante de hoy es más rentable dar dadivas que construir y mantener obras de infraestructura.
Elecciones primarias. Desde esta columna reconocemos el aplaudible comportamiento del pueblo marabino y los candidatos, quienes participaron cívicamente en estas elecciones primarias para elegir al candidato(a) a la Alcaldía del Municipio Maracaibo. Felicitamos a Eveling Trejo de Rosales al resultar ganadora, pasando a ser la Candidata por parte de los partidos políticos que integran la tolda opositora y “mesa de la Unidad”.
Para Comentarios al autor por: noticiaaldia@jesuscastillomolleda.com
Jesús castillo Molleda (Profesor Universitario, Politólogo; Locutor)
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