La mesa de la unidad la tiene bien difícil debido al comportamiento egoísta de ella misma. Es evidente que los partidos tradicionales juegan a conseguir los mayores espacios de participación y poder. Ya Henry Falcón y Salas Feo manifestaron que aspirarían a su reelección como gobernadores, esas son decisiones sensatas, porque si evaluamos a cada uno de los aspirantes observamos claramente que los Gobernadores Pablo Pérez, Darío Pérez Vivas, gozan de apoyo popular en sus Estados pero no fuera de ellos. A Álvarez Paz y Eduardo Fernández se les reconoce su experiencia, y María Corina Machado su constancia. Así que el escenario se reduce a favor de Capriles Radonski.
Si Capriles lograra en este largo recorrido hacer una propuesta donde involucrara a todos, como lo puede hacer, proponiendo a Oswaldo Álvarez o Eduardo Fernández como Vicepresidente y que cada organización y participantes propongan nombres con capacidad para cada uno de los 28 ministerios, sería una campaña innovadora e incluyente. Esto quiere decir que saldría un candidato presidencial con sus Ministros propuestos y todos trabajarían en el diseño de un gran plan de gobierno, y tendrían la oportunidad de recorrer el país con propuestas por cada área.
La otra oportunidad que tendría la oposición es que Lorenzo Mendoza anunciara su participación, lo que rompería el plan Capriles y aliados, Mendoza, tiene: recursos, gerencia, la mayor estructura de distribución de alimentos, que la puede endosar en estructura electoral, lo que garantizaría que el 100% de los municipios y poblaciones del país llegue su mensaje, aliado a su mejor producto la “Harina Pan”.
Claro, seguro nada de eso pasará y el presidente Chávez logrará seguir conectado emotivamente con las clases populares del país, si logra entregar por lo menos un 15% de las viviendas prometidas, bajar los niveles de conflicto con los trabajadores públicos, agilizar el aparato burocrático, aumentar la capacidad de repuesta en demandas ciudadanas, reorganizar al PSUV y PDVSA, seguramente garantizaría su reelección. De no lograrlo, abriría un camino de éxito a la propuesta opositora.
La gran interrogante es que, mientras todo esto pasa en la larga campaña presidencial, ¿quiénes están gobernando?. En donde los gobernadores quieren ser presidentes, el vicepresidente gobernador, los alcaldes ser gobernadores, concejales aspiran a ser alcaldes, diputados quieren ser ministros. Lo cierto es que en este largo recorrido ganará el que sepa ponerse en sintonía con el ciudadano, que reclama una mejor gerencia pública.
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